martes, 7 de mayo de 2019

Supermercados, ¡eliminad los plásticos de vuestros productos!

La producción y el consumo de plásticos sigue aumentando cada año a un ritmo alarmante. Como resultado, el flujo de estos materiales al medio ambiente continúa en aumento. Se estima que hasta 12 millones de toneladas llegan a los océanos cada año, y que el equivalente a un camión de basura acaba en el mar cada minuto.
Estos envases suponen un gran problema medioambiental que sólo puede solucionarse de forma efectiva si nos dirigimos a su raíz, la elevada producción y consumo de plásticos. Los supermercados tienen un papel crucial en el consumo de plásticos, ya que la gran mayoría de sus productos están envasados ofreciendo escasas alternativas. Los plásticos de un solo uso generan graves problemas en los océanos. Afectan a más de 550 especies de fauna marina, e indirectamente al ser humano. En primer lugar porque se pueden enredar con ellos, obstaculizando su desarrollo vital, y en algunos casos causando su muerte por estrangulamiento, asfixia, o restricción del movimiento.

martes, 9 de abril de 2019

¿Quién está detrás de la contaminación por plásticos?

En los últimos meses Break Free From Plastic han estado realizando auditorias de marcas en las limpiezas de playas, para identificar a las empresas responsables de esta producción masiva de plásticos que causa tantos problemas en nuestro medio ambiente. En total se han recolectado casi 200.000 objetos de plástico gracias a las 238 limpiezas que se han llevado a cabo en 42 países. Estas auditorías de marca ofrecen una prueba innegable del papel que desempeñan las empresas para perpetuar la crisis mundial de la contaminación por plásticos. Al continuar demandando envases de plástico desechables para sus productos, estas empresas son las responsables de la destrucción del planeta a escala masiva. Este informe visibiliza la falta de responsabilidad que estas empresas han tenido hasta ahora con su modelo de negocio, ya que no les ha importado vender con sus productos millones de toneladas de plástico aunque generasen un gran problema medioambiental. El 40% de todo el plástico que se fabrica está actualmente destinado a envases de un solo uso innecesarios y dañinos para el medio ambiente. Sin embargo, las empresas podrían cambiar esta situación desde la raíz, fomentando la venta a granel y reduciendo su consumo de envases de un solo uso. Los residuos más frecuentes encontrados en España pertenecen a Coca-Cola, Pepsi-Co y Danone. A nivel internacional, las empresas que se encontraron con más frecuencia en los plásticos recogidos han sido Coca-Cola, PepsiCo y Nestlé, siendo éstas responsables del 45% de la contaminación por plásticos que se ha podido identificar en Europa. Respecto al tipo de residuos, el poliestireno (corcho blanco), que no es reciclable en la mayoría de países, fue el tipo de plástico encontrado más común, seguido de cerca por el PET, un material utilizado en botellas y otros envases. Muchas personas ya se han dado cuenta de que aunque podamos intentar ser más sostenibles en nuestra vida diaria, si las empresas no cambian su modelo va a ser muy difícil frenar la contaminación por plásticos.

lunes, 1 de abril de 2019

Hasta el 69% de los alimentos del mar están contaminados con microplásticos.

El planeta se está inundando de desechos plásticos, y de esos se derivan un tipo muy peligroso, los microplásticos, que son prácticamente indetectables. Tan solo en los océanos del mundo existen una estimación de 5 y 50 billones de fragmentos de plástico, que suponen más de 260.000 toneladas de residuos que flotan en el mar. Estos son datos aportados por Greenpeace, que aseguran no incluir los residuos que se encuentran en la playa o en el fondo marino. Al menos un 70% de residuos de plástico se está acumulando en el fondo del mar, mientras que el 15% es el que vemos constantemente en los mares flotando como nuevas islas de residuos que se están acumulando en el Atlántico, el Índico y en el Pacífico. Debido a este creciente problema, la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) se encargó de analizar 102 alimentos de origen marino, donde incluyeron moluscos o cretáceos, y han descubierto que hasta el 69% de estos alimentos estaban infectados con microplásticos. Inclusive, los investigadores aseguran que en alimentos como mejillones y almejas se encontró hasta el 71% de las muestras analizadas estaban infectadas, a pesar de que estos pasan por un proceso de limpieza. El 66% de la sal estudiada también tenía microplásticos, sin que exista alguna diferencia de la procedencia o el envasado. Además, el 66% de los crustáceos obtuvieron los mismos resultados en el análisis de la Organización. No hubieron mayores diferencias entre las gambas o los langostinos, pero la investigación señala que si se observó una menor cantidad de microplásticos en aquellos alimentos que se comercializan pelados, debido a que se les quitaba el tracto digestivo o la cabeza, ocasionando que gran parte de los microplásticos desaparecen. “La contaminación de los mares amenaza con convertirse en un problema de salud pública, especialmente por la presencia de microplásticos y nanoplásticos en los alimentos”, dicen la OCU en un la investigación. “De hecho, a pesar de no conocer bien los posibles efectos en la salud humana, la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA), ya lo considera un riesgo emergente”. La contaminación por plástico se está convirtiendo en un problema insostenible que está acabando con los ecosistemas, matando tanto a la flora como a la fauna. Una investigación del Instituto Español de Oceanografía advirtió hace dos años que 1 de cada 6 peces de alto valor comercial en España contienen plástico. Además, Greenpeace aseguró lo siguiente: “Las especies marinas ingieren los microplásticos de distintas formas: los mejillones y las ostras al alimentarse por filtración; los cangrejos los inspiran a través de las branquias e ingieren a través de la boca; al igual que los peces”. La organización de protección ambiental asegura que unas 8 millones de toneladas de basura llegan al año a los mares y océanos. Con el paso de los años y si esto sigue así, será prácticamente imposible salvar a los mares, sin importar cuánto lo limpien ya que el microplástico y los nanoplásticos son muy difíciles de encontrar.

La UE da el primer paso para prohibir los microplásticos en la mayoría de productos en los que se añaden intencionalmente.

La Agencia Europea de Productos Químicos (ECHA por sus siglas en inglés) ha dado el primer paso para prohibir los microplásticos que se añaden a cosméticos, pinturas, detergentes, productos de ganadería, médicos, y otros con el proyecto de ley que han presentado hoy. ECHA afirma que entre 10.000 y 60.000 toneladas de microplásticos son añadidos intencionalmente a los productos, que posteriormente se filtran al medio ambiente cada año. Una vez en el medio ambiente, estos microplásticos son imposibles de eliminar y duran miles de años. La escala del problema es dramática, ya que esta cantidad de microplásticos tendría seis veces el tamaño de la gran mancha de plásticos del Pacífico, o equivaldría a la contaminación plástica generada por 10 mil millones de botellas de plástico, según la Agencia. Los microplásticos se acumulan y persisten en el medio ambiente, una de las razones principales por las que la agencia ha concluido que es necesario restringir los microplásticos añadidos que se encuentran bajo la REACH, el conjunto de leyes químicas más estricto del mundo. Los microplásticos causan grandes daños en el medio marino debido a que quedan a disposición de todo tipo de fauna. Es un problema en parte invisible que amenaza nuestro entorno y que las empresas siguen alimentando al añadirlo a productos de cuidado personal, limpieza, u otros. Productos naturales como almendra molida, cáscara de coco y diversas semillas se han ido sustituyendo en los últimos años por microesferas de plástico que van directamente al mar tras su uso y es imposible recuperar del medio ambiente.

martes, 12 de marzo de 2019

El plástico ha inundado nuestra vida diaria: podemos encontrarlo en envases de productos, ingredientes de cosméticos, el textil de la ropa, materiales de construcción,...

Los plásticos han tomado la Tierra. Su creciente producción y uso amenazan con contaminar cada rincón del planeta, especialmente los mares, destino final de muchos de ellos, donde perjudican seriamente la salud de los ecosistemas acuáticos y la supervivencia de las especies que los pueblan. Los podemos encontrar en la playa, en las rocas, flotando en el agua e incluso en las zonas más profundas. Desde el Ártico hasta la Antártida, en zonas pobladas y en islas deshabitadas. Cada año, los mares y océanos son receptores de hasta 12 millones de toneladas de basura. La situación mundial es dramática, más aún teniendo en cuenta que la producción de plásticos se acercará en 2020 a los 500 millones de toneladas (un 900% más que en 1980). Estas cantidades, su fácil dispersión y su lento proceso de degradación convierte al plástico en el enemigo número uno de mares y océanos. Su uso es un problema asociado a los modos de consumo, ya que la mayoría se emplean para envases de un solo uso. España es el quinto mayor productor de la UE. Particularmente perjudiciales resultan los microplásticos, fragmentos inferiores a 5 mm que pueden venir de la rotura de trozos grandes o haber sido fabricados directamente así, como es el caso de las microesferas presentes en productos de higiene y limpieza como exfoliantes, pastas de dientes o detergentes. Se calcula que cada bote de 100ml puede contener entre 130.000 y 2,8 millones de estas diminutas bolas de plástico que llegan al mar a través del desagüe, porque su tamaño tan reducido hace que no queden atrapadas por los filtros de las depuradoras. Estudios recientes han observado que los animales marinos están ingiriendo estos microplásticos, lo que está provocando bloqueos gastrointestinales y alteraciones en sus patrones de alimentación y reproducción. Pero no se queda ahí: hay evidencias de que se transfieren a lo largo de la cadena alimentaria y llegan hasta nuestros platos. Y aún hay más, porque tanto los microplásticos como los macroplásticos tienen enormes impactos económicos y sociales. La basura acumulada en las playas afecta directamente a un sector turístico dependiente de la buena salud del litoral y el medio marino, mientras que las necesarias labores de limpieza causan enormes desembolsos de dinero público.