jueves, 7 de abril de 2016

QUEMAN EL MONTE Y LA SELVA PARA POTENCIAR SUS NEGOCIOS.

El pasado año, entre los meses de agosto y octubre, las selvas de Indonesia vivieron el mayor desastre ambiental del planeta de 2015. Más de 130.000 focos, detectados desde los satélites, provocaron cientos de miles de incendios en las selvas y turberas de las islas de Sumatra y Borneo, en el hábitat de especies amenazadas como el orangután o el tigre de Sumatra.

Tras la ola de incendios se encuentra la industria del aceite de palma, junto con el sector papelero. Fuegos alimentados por la expansión masiva de los cultivos de aceite de palma, en el que se basan los productos de las grandes marcas del mundo de la alimentación (desde sopas a chocolates, pasando por bollería y conservas), la cosmética (champús, jabones, detergentes) o algunos mal llamados biocarburantes.

Hay que seguir insistiendo en especial a las grandes multinacionales que consumen aceite de palma, responsables de lo que está pasando. Las multinacionales dicen que tienen políticas activas para evitar que el aceite de palma procedente de la deforestación entre en su cadena de suministro. Pero los hechos no les respaldan.

Este año, ya se han dado los primeros incendios. No podemos permitir que se vuelva a repetir un desastre así. Gracias a las grandes campañas de presión y movilización ciudadana hemos visto ya grandes avances en la protección de las selvas indonesia.

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