miércoles, 4 de noviembre de 2015

Que no jueguen con nuestra salud.



A Volkswagen le han pillado. Pero lo que más nos indigna es que la casi totalidad de los fabricantes nos estén engañando, con permiso además de los políticos, sacrificando nuestra salud y alimentando el cambio climático. Con mediciones inferiores a las reales, tanto en los compuestos tóxicos como el óxido de nitrógeno, como en el consumo de combustible (el CO2 que produce el cambio climático). Los fraudulentos controles de los fabricantes de coches no son solo un engaño legal a los consumidores, sino también un ataque consentido a nuestra salud.

Actualmente, la UE está discutiendo los nuevos controles de emisiones, que deberían tener en cuenta las condiciones reales de conducción. Sin embargo, los fabricantes presionan para volver a escaparse con nuevos parches legislativos y lo peor es que el Gobierno español está cediendo a esas presiones, pidiendo a la Comisión Europea unos límites de emisiones más permisivos. Nuestros ministros deben defender nuestra salud antes que los intereses de la industria automotriz. Por esto es imprescindible que los límites de emisión sean más estrictos y que las diferencias permitidas entre los controles en carretera y en el laboratorio sean mínimas. Y deben asegurar que desde 2016 no se permita circular a los vehículos que no superen los nuevos controles.

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